Salud
Es en honor a Juan Finley Borrés, médico cubano que confirmó la teoría sobre la propagación de la fiebre amarilla. En nuestro país, el Colegio Médico de Córdoba se adhirió a la conmemoración en 1956.
Por Stella M. Cuevas
Cada 3 de diciembre se celebra del Día del Médico en honor a Juan Finley Borrés, médico cubano (1833-1915). Finley confirmó la teoría sobre la propagación de la fiebre amarilla. Comenzó a estudiar esta enfermedad en 1865, y en 1881 presentó su hipótesis a la Academia de Ciencias de La Habana con el título El mosquito hipotéticamente considerado como agente transmisor de la fiebre amarilla. En él, describía todas las características y hábitos del mosquito y su papel en el contagio de la fiebre amarilla a los seres humanos. Exponía cinco casos y demostraba la propagación de la enfermedad por la picadura del mosquito Aedes aegipty, pero esta hipótesis inmediatamente quedó descartada. La teoría médica dominante en esa época consideraba que la fiebre amarilla se transmitía por la ropa y los objetos con los que el enfermo estaba en contacto.
Después de casi dos décadas y un cambio de siglo, no había avances sobre la enfermedad. Hasta que una comisión que luchaba contra la fiebre amarilla llegada de Estados Unidos corroboró y comprobó que la teoría del Dr. Finlay era correcta. A partir de entonces, más exactamente desde 1901, se comienza a trabajar en la prevención y la lucha contra el mosquito A. aegipty, como el agente causante de la propagación de la enfermedad. Sus estudios resultaron dominantes y con este descubrimiento se salvaron millones de vidas humanas.
En nuestro país, el Colegio Médico de Córdoba se adhirió a la conmemoración en 1956, este hecho fue avalado por la Confederación Médica Argentina y el Gobierno Nacional de la República Argentina oficializó la fecha de la conmemoración por decreto.
Argentina es uno de los países con mayor cantidad de médicos por habitante, esto surge del último estudio de demografía médica del Ministerio de Salud de la Nación (diciembre de 2015), con más de 216 000 médicos matriculados.
Hasta hace poco tiempo, las especialidades con más médicos eran clínica médica, cirugía general, pediatría, obstetricia, ginecología y neonatología. Según el Análisis de la distribución geográfica de médicos especialistas en la República Argentina, realizado por la Escuela Andaluza de Salud Pública, financiado por el Ministerio de Salud de la Nación, con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud/Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS), hoy en día, hay más especialistas en anestesia, oftalmología y dermatología que en otras disciplinas, mientras de epidemiología, genética médica, terapistas y toxicología son las áreas con menor cantidad de médicos.
El estudio refleja también el proceso de feminización de la profesión, pues el 74 % de los residentes nacionales son mujeres.
La decisión de sumergirnos en la medicina es un sentimiento interior. La verdadera vocación es un sentimiento de gratificación personal por la entrega a nuestros semejantes, teniendo en cuenta que nuestra acción no sólo servirá para tratar o curar al enfermo, sino para acompañarlo, mejorar su calidad de vida, tener compasión y, lo más difícil, lograr la confianza y construir un puente empático hacia el enfermo, esa misma empatía que quisiéramos tener cuando los enfermos somos nosotros los médicos.
Podría decirse que ser médico es una mezcla curiosa de emociones, pues nos dedicamos a lo que nos encanta, y a un ritmo vertiginoso, constante, con autoexigencia y en lo posible sin margen de error, pues el título de médico no es otra cosa que esto: una grata y a la vez dura responsabilidad, es el sacrifico de saber que tendrás que estudiar toda la vida activa y la no activa, y por algo un médico es estudiante toda su vida.
La pandemia sigue y hoy, más que nunca, los médicos son imprescindibles. Este 2020 complicado se ha expresado de diferentes formas, con aplausos al comienzo, con enojos después… Lo cierto es que el personal médico siempre estuvo presente con su vocación. Caso contrario, el escenario sería devastador.
Con tantos millones de casos de COVID-19, esta nueva enfermedad ha revelado que muy pocos países tienen un sistema de salud realmente preparado, dio a conocer las falencias existentes y también la falta de ciertas especialidades necesarias. Todo esto confluye en una situación gravísima, el personal médico se siente vulnerable por la falta de equipos de protección personal, el cansancio y, en algunas oportunidades, por la inseguridad producto de actos de violencia con ellos. Pero verlos en la primera línea de atención lleva a pensar que la ciencia, el cuidado del prójimo y la entrega personal son partes esenciales del corazón del médico.
El médico no solo se dedica a su paciente: debe contener también a los familiares, situación cuya complejidad quedó también en evidencia durante la pandemia.
Dedicarse a la medicina es tener que ver al otro y anteponer sus necesidades a las propias. Hoy celebramos nuestro día junto a toda la comunidad, felices de ejercer tan hermosa profesión.
*La Dra. Stella Maris Cuevas (MN: 81701) es médica otorrinolaringóloga, experta en olfato y alergista. Expresidenta de la Asociación de Otorrinolaringología de la Ciudad de Buenos Aires (AOCBA).
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