La semana pasada se registró la temperatura media más alta desde que se tienen registros, con dos récords consecutivos de temperaturas rotos según la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
El día 7 de julio la temperatura media global fue de 17,25 grados Celsius, 0,3 grados por encima del récord anterior de 16,94 grados del 16 de agosto de 2016 durante el fenómeno de El Niño.
Tres días antes, el 4 de julio, ya se había batido otro récord de temperatura. Además, la OMM en colaboración con el sistema europeo Copernicus ha establecido que la temperatura media en junio fue 0,5 grados Celcius mayor que la media de 1991-2020, rompiendo así el récord de junio de 2019.
La capa de hielo de la Antártica también se redujo a su mínima extensión en junio, siendo un 17% menor que su tamaño medio, según observaciones por satélite.
Los científicos aún no pueden relacionar esta situación con el cambio climático, pero están preocupados por el aumento de la temperatura en el Atlántico Norte, que ha sido muy elevada en junio y que ha afectado negativamente a las poblaciones de peces.
El especialista en física climática de la OMM, Michael Sparrow, explicó que los océanos pueden aumentar la temperatura en la atmósfera y causar fenómenos meteorológicos extremos cuando se sobrecalientan.
Además, la OMM ha señalado que El Niño está reuniendo todos los criterios para que se rompan nuevos récords en 2024, lo que tendrá un impacto en el aumento de la temperatura del Pacífico Tropical y, consecuentemente, en la atmósfera.
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