Centennials: la generación que los políticos necesitan, pero que no entienden

Por Leandro Bruni*

Antonio Machado, el célebre poeta español, decía que “todo lo que se ignora, se desprecia”. Se trata de una actitud casi instintiva en los seres humanos: despreciamos todo aquello que no entendemos o ignoramos, pero lo cierto es que muchas veces, ese instinto, nos puede traer serias consecuencias. En términos electorales, por ejemplo, un político que ignore a sus electores puede estar, sin ser consiente, transitando una delgada cornisa, cuyo abismo es la derrota electoral.

¿Quiénes son los centennials?

Entre los múltiples trabajos en el cual los sociólogos incidimos, uno es el generar herramientas para conocer a la sociedad, poder entenderla, comprender lo que diferencia o iguala a sus actores, y con ello generar instrumentos para volver eficiente la comunicación de políticos e instituciones. En otras palabras, generamos lo que se conoce como “segmentos” a partir de atributos compartidos hacia adentro y diferenciadores respecto a los demás.

Un segmento generacional muy especial por sus características tan diferentes con respecto a los demás, y obviamente por su relevancia en términos electorales, son los centennials. Se trata de los jóvenes nacidos entre 1994 y 2010, es decir quienes en la actualidad tienen entre 10 y 25 años y que en términos electorales representan el 22% del padrón habitado para votar.

En esta generación, como a todas, hay una serie de elementos que la caracteriza. Nacieron y se criaron en una época de aceleradas transformaciones: desde el surgimiento y hegemonía de las redes sociales, hasta la proliferación de leyes vinculadas al género (Ley de identidad de género), la equidad (Ley de matrimonio igualitario, Cupo laboral trans) y movimientos sociales con convocatoria transversal, sin importar las identidades partidarias (Ni una Menos, y la campaña por el aborto legal).

Como arrojaron los datos de una reciente investigación de Ipsos, no nos deberíamos sorprender de que, nacidos en la época de las redes sociales y el reclamo por nuevos y postergados derechos, el 55% de los centennials se informe casi exclusivamente con las redes sociales y relegue los medios tradicionales como la radio (15%) y los diarios impresos (13%).

Pero lo más importante aún, es entender que los centennials –también conocidos como “generación Z”-, se auto perciben como la generación “sensible”. Para ellos el otro importa. Cuando se les preguntó a los argentinos si les preocupaba que al presidente le importase la pobreza, el 37% dijo que sí, pero cuando se les preguntó lo mismo a los centennials, la respuesta alcanzó casi a la mitad de ellos. En otras palabras, la pobreza, la situación en la que el otro esté y cómo reaccionan los políticos a ello, es mucho más importante para los jóvenes que para los mayores de 25 años.

Los desafíos de la política para comunicarse con los centennials

La grieta que separa a los políticos de los centennials es evidente. Se trata de valores, pero también de causas. Se auto perciben como plurales, flexibles, que no caretean, ser reconstruidos y sensibles. En relación a ello, sus causas están enfocados en temas globales. Para esta generación, los problemas no se solucionan individualmente, sino que en términos colectivos, globales. Problemáticas como la contaminación, la desigualdad, la pobreza, el cuidado de animales, la ampliación de derechos sexuales, entre otros, tiene que ser abordados por todos.

La generación Z considera que todo es político: la política afecta sensiblemente a los demás. Transformar la realidad, no solo es posible, sino que es necesario. Tal es la urgencia que tienen en cambiar lo que está mal en su entorno, que no quieren dejarle nada a elección de los políticos. No confían en ellos. Por eso son participativos, contestatarios tanto en redes sociales como en manifestaciones públicas.

La política tiene el desafío de -siguiendo a Machado- conocer más a esta generación, para poder apreciarla y comunicarse con efectividad. Algo es evidente: no es con los antiguos mecanismos y conceptualizaciones que esto se logra. A esta generación no le interesa los partidos y los políticos que persiguen temas individuales. Que se entienda bien: el problema no son los políticos o los partidos; son sus formas, sus métodos, su distancia respecto a los intereses de los jóvenes.

*Sociólogo, politólogo y estratega en comunicación política IG: leandro.bruni

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