La selección argentina de básquetbol consiguió el objetivo y dejó en claro que está en esta Copa del Mundo para dejar una marca.
Paso por paso, envió señales y en la noche de esta ciudad le dio un cachetazo a Rusia al superarla por 69 a 61. Sufrió hasta el final, es cierto, pero se quedó con el primer lugar del Grupo B y mira la segunda parte de la competencia, en Foshan, con los ojos llenos de ilusión, porque su camino hacia los cuartos de final tiene una ruta posible de transitar.
En la próxima instancia lo esperan Venezuela (lo enfrentará el viernes próximo) y Polonia (jugarán el domingo), en el Grupo I, y allí comenzará una nueva historia.
Rusia es muy fuerte y pudimos sortear la prueba. Se está incluso más arriba del nivel: pasamos a la segunda fase con puntaje ideal, con una producción increíble. El equipo se merece los halagos
Sergio Hernández (DT de Argentina)
El arranque del encuentro mostró la cantidad de estudio de cada uno de los equipos para negar lanzamientos cómodos. Estuvieron más de tres minutos sin convertir los dos equipos.
Los dos primeros puntos del encuentro fueron para Marcos Delía y se sumó unos segundos después un a lley oop de Campazzo para Garino. Tan bajo estuvo el goleo para ambos que después de seis minutos y medio el marcador no superaba los 10 puntos (7-5).
Las pérdidas de los dos también marcan la presión de ambos: el seleccionado argentino perdió 5 balones y Rusia 4. El equipo europeo se acomodó mejor en los últimos minutos y metió un parcial de 17-3 (17-9). En el cierre del cuarto un triple de Campazzo acomodó un poco el marcador para la Argentina que quedó abajo 17-12.
El factor Campazzo comenzó a pesar en el juego, ya que en el arranque del segundo cuarto robó un balón que levantó la energía del equipo. El base cordobés recuperó un balón, metió un doble, tomó un rebote ofensivo, le dio una asistencia a Scola para un triple que igualó el juego y con un costa a costa le dio nuevamente a la Argentina la ventaja: 19-17.
La intensidad defensiva que le imprimió todo el equipo le quitó claridad a Rusia, le dio la chance al equipo nacional de correr la cancha y meter una carrera en el cuarto de 15-0 (27-17). La máxima ventaja la sacó la Argentina con 3 minutos por jugar (35-24) y trató de dominar la diferencia a partir de una defensa durísima con Garino, Fjellerup y Deck, como estandartes. El cierre del primer tiempo dejó al equipo de Sergio Hernández con buenas sensaciones y dominando el tanteador por 39-33.
El tercer cuarto comenzó con la misma tónica que el final de la primera mitad. La Argentina eligió defender al límite de la falta, puso más incómodo a Rusia y comenzaron a hacerle daño al equipo europeo los pases profundos de Campazzo para los dos internos argentinos Luis Scola y Marcos Delía.
De esa manera pudo establecer la máxima distancia después de tres períodos (50-38). Tomó buenas determinaciones el conjunto nacional manejando los ritmos del juego, ya que la dinámica en ambos costados le costó a Rusia sostenerse en el juego, lo que le permitió a la Argentina cerrar el cuarto arriba por la máxima ventaja: 53-40.
En el desenlace Rusia entendió que debía cambiar su postura, fue más agresivo para atacar el aro y encontró puntos fáciles. Un doble y un triple de Sopin, dos libres de Kurbanov y un doble de Vorontsevich, le sirvieron para un parcial de 11-0 en dos minutos y medio, que metió en el partido a los europeos (53-51).
Salió nuevamente del mal momento con la electricidad de Campazzo, que le devolvió al equipo opciones ofensiva para sostener la ventaja con dos tiros libres del cordobés y un doble (57-51). El final del encuentro resultó una partida de ajedrez, porque Rusia quedó en penalización y la Argentina comenzó a encontrar algunas soluciones desde la línea de libres, una dificultad en la primera parte del partido lo sacudió y que en el final supo cómo sostenerla (25-36).
Punto por punto selló la victoria y con el temple de Facundo Campazzo (21 puntos) como norte, la Argentina cerró una primera parte perfecta. Si el objetivo era competir y demostrar que es un equipo serio, ya está cumplida parte de la misión.
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